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El rincón de jazmin

Las procesiones

•Al leer en el diario el caso de las costaleras de Córdoba,  que les niegan el llevar la virgen en las procesiones de semana santa, por el acercamiento físico entre hombres y mujeres, algo fuera de lugar, desde mi punto de vista, dando por sentado que lo hacen por fe hacia el santo que portan y con un gran sacrificio por el peso que deben de soportar.
•Claro que,  no es de extrañar que se nieguen, ya que la misma iglesia está en contra de la igualdad de genero y parece ser que debajo de la carroza con el peso excesivo, el calor que deben de estar sufriendo y la espalda dolorida  pueden dispararse deseos obscenos entre los costaleros por el acercamiento soez entre hombres y mujeres…
•Pero al leer esa noticia me viene a la memoria un año que fui a un pueblo de vacaciones en Semana Santa y fuimos a ver la procesión, más que nada para ver de cerca de lo que se trataba.
•Entre los tambores, los cantes, la procesión, las vestimentas y los que iban haciendo penitencia, ellos sabrían para que…todo es cuestión de fe. Seguramente estaría todo el pueblo congregado debido a la multitud de personas que habían.
•Yo los miraba entre la gente  y pensé que si ellos creían  en eso, para mi era muy respetable. Cada uno es libre de creer en lo que quiera.
•De pronto al llegar a mi altura, se paró una carroza de esas que portan los costaleros  y  la depositaron en el suelo para descansar justo delante de mi y, cual fue mi desconcierto cuando oí que decía uno de ellos: -, Joder como pesa este hijo de puta. Así tal y como suena - con perdón por el lenguaje-, los restantes costaleros que  lo portaban también se rieron .
•A  mi alrededor había mucha gente, no se que pensarían los que creen en eso pero yo, desde luego, me quedé pasmada.
•Creía que lo hacían con fervor, ya que pienso que no debe ser de gusto llevar semejante peso en los hombros  sin veneración  ¿Porqué lo hacen entonces?
•Llegué a la conclusión que es para aparentar delante del pueblo que forman parte de esa u otra hermandad.
•Desde luego, sentir mucha adoración por lo que llevaban no la sentían, por la manera de mofarse del santo de su devoción.

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